En el fulgor del Sol
que fuerzas da a la Tierra.
En el verdor viviente
que surge desde ella.
En el cielo
que alberga a las estrellas.
Y en el ojo del Hombre
donde se tejen fuerzas
de todos los sentidos:
Allí presiento a Dios obrar,
surgiendo de mi ser;
y desde el alma mía,
me uno yo con él.
Para que como hombre,
espíritu me vuelva
en la materia de la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario