8ª Noche Santa 31-1

La cruz de la empuñadura de la espada: El Sacrificio.
La lengua, ceñida con la espada de la fuerza de Cristo, habla la verdad, sin poder herir. Es la noche del estremecimiento (consternación).

Misterio: El caballero, el luchador con la lanza de la voluntad y con la espada del conocimiento, a su lado el perro, como símbolo de la obediencia. Detrás de él la muerte y el diablo. En un cierto estadio del conocimiento, cada paso equivocado conduce más rápido a la perdición. La victoria es conseguida luchando al estar lleno de divinidad, de la consciencia de responsabilidad y la incansable fidelidad ante las tareas de la vida.

(Leo)

7ª Noche Santa 30-31

La serpiente en la empuñadura de la espada: Sabiduría.
Hay que ocuparse de las lecturas elevadas. Es la noche del gran mandamiento.

El Misterio del obrar: ¿Quién dicta las órdenes sobre nuestra alma?
                                      ¿Quién es el señor de nuestra alma?
                                      ¿Quién es el autor de nuestros actos?
                                      Tenemos la libertad. Fortalecer en nosotros la buena voluntad.

(Cáncer)

6ª Noche Santa 29-30

Ahora siguen las 3 noches de la espada.

Noche de Pedro: noche de la consagración de la espada. Cada uno tiene que forjarse la propia espada del discernimiento. Cada persona tiene que unir, forjándolos con la fuerza volitiva espiritual, los dos fragmentos: lo inmortal, eterno, y lo perecedero, para así conocer la verdad.

Misterio: unir (fusionar) el Hijo de Dios con el Hijo del Hombre.

(Ser uno/ Géminis)

Semana 39

Entregado a la manifestación del espíritu,
gano la luz del ser del mundo.
La fuerza del pensar ella crece
esclareciéndose para darme yo a mí mismo,
y despertando se me desprende
de la potencia del pensar, el sentimiento de mí mismo.

5ª Noche Santa 28-29

Purificar conscientemente el cuerpo de los pensamientos. Educación, orden en los pensamientos, concentración en lo positivo.
Transforma las negras palomas de los pensamientos en palomas blancas, pues nuestro pensar, mientras no se halla disciplinado conscientemente, se parece a un palomar. También cerrar el palomar ante pensamientos negativos y extraños.

Misterio: El templo que Cristo purifica.

(Tauro)

4ª Noche Santa 27-28

Purificar conscientemente el cuerpo astral. La antipatía y la simpatía se transforman en amor hacia todo. La pasión y el deseo callan. La fuerza de Cristo ilumina en nosotros lo que es luciférico y ahrimánico y nos fortalece en contr de ello.

Misterio: El trbajo sobre sí mismo rinde servicio al bien de todo y todos. El Arcángel Uriel sostiene ante nosotros el espejo en el que vemos cómo somos.

(Aries)

3ª Noche Santa 26-27

Ahora siguen las e noches del Lirio Blanco.

El alma reconoce que no puede permanecer en lo alto, que ell de nuevo es atraída hacia abajo, porque todavía hay en ella mucho elemento terrenal. El alma se dispone conscientemente a purificar el cuerpo terrenal al ver en cada alimento algo semejante a un viático sagrado. Yo soy el Pan (Palabras de Cristo Jesús). Nosotros venimos del Pan, vivimos del Pan en el camino de evolución y volvemos al Pan.

Misterio: Nunca olvidar la meta de las metas en el ancho y largo caminar en el reino de la Tierra.

(Piscis)

2ª Noche Santa 25-26

La Noche de Juan.

El águila del alma alza el vuelo aleteando y ve, mirando hacia atrás desde su elevada atalaya, su propia vida. El hombre reconoce en ello la ley del Karma.

Misterio: Elección del camino escarpado o del camino ancho. Para lo nacio en la carne es difícil encontrar el sendero del espíritu. Baghavad Gita: Una vida egoísta o una vida consagrada a la humanidad.

(Acuario)

1ª Noche Santa 24-25

La Noche Santa en la que nace Cristo en el alma y el alma pregunta: ¿Puedo llegar a ser liberada, salvada, redimida con todas mis debilidades, defectos y pasiones?

Símbolo: El establo de Belén, pues en aquella humildad y pobreza nació la luz del Mundo. La voz de la calma se abre paso hacia el alma y la enseña a afirmar con alegría lo bueno en nosotros y en los demás.

Misterio: El alma buscadora en la oscuridad de un bosque sin caminos.

(Capricornio. El Espíritu Divino nace en la materia. Espíritu y Materia, el Alfa y el Omega, se tocan y surge vida)

Semana 38: Sensación anímica de Navidad

Siento como liberado del hechizo,
al Niño del Espíritu en el seno del alma:
el ha con claridad de corazón
procreado el sagrado verbo del mundo,
el fruto celestial de la esperanza,
que jubilosamente crece en las lejanías del mundo
desde el fondo divino de mi ser.

Cuarto domingo de Adviento

El hombre ha encontrado el sendero y se prepara a caminar por él.
Esto trae como condición el dominio del cuerpo terrenal, sólo entonces puede despertar el Hijo de Dios en el hombre.
El esfuerzo ha realizar en este tiempo es hacer visible el reino de Dios en el mundo a través de sí mismo, de su actitud y su obrar.

Semana 37: Invierno

Llevar luz espiritual a la noche cósmica invernal,
aspira dichoso el impulso de mi corazón,
para que lucientes gérmenes del alma
en los orígenes cósmicos se arraiguen,
y la palabra de Dios, en la oscuridad sensorial,
resuene, glorificando todo existir.

Tercer domingo de Adviento

El hombre busca la realidad verdadera, que se encuentra en lo espiritual.

La clave para esta realidad y para toda cognición espiritual es el sacrificio. La voz de la quietud dice: no quiero hacer sufrir a nadie, quiero perdonarlo todo.

Semana 36

En las profundidades de mi ser habla,
impulsando hacia la manifestación
enigmáticamente el verbo del mundo:
Llenas las metas de tu trabajo
con la luz de mi espíritu,
para ofrendarte a través de mí.

Segundo domingo de Adviento

El hombre empieza a buscar y siente en su búsqueda que sólo no puede hacer nada.
Así él prepara su corazón para que pueda entrar en él lo divino, pues debido a que yo voy suprimiendo lo negativo, se llega a formar un espacio para lo divino.

Semana 35

¿Puedo el existir reconocer,
para que se reencuentre
en el impulso creador del alma?
Siento que se me ha concedido el poder
de incorporar como eslabón modestamente
el propio ser al ser del mundo.

Primer domingo de Adviento

El hombre debe aplicarse a una lucha interior encaminada a adquirir la disposición al sacrificio, al servicio y al amor. Tiene que verse a sí mismo con los ojos interiores y vivenciar este día como la celebración del anhelo de nacimiento.
La consagración de la fiesta es: Yo me consagro al servicio del Espíritu del Amor que debe nacer en mí.
Los pensamientos se dirigen a Cristo venidero en el hombre.

Semana 34

Misteriosamente lo de antaño conservado,
sintiendo vivificarse en el interior:
con la propia identidad de nuevo resurgida
debe, despertando, volcar fuerzas universales,
en la tarea externa de mi vida,
y formándome acuñarme en la existencia.

Semana 33

Así siento recién al mundo,
que sin la participación de mi alma,
en sí solo vida gélida vacía,
y manifestándose sin poder,
creándose de nuevo en almas
sólo la muerte en sí podría hallar.

Semana 32

Siento fructificar fuerza propia,
fortaleciéndose concederme yo al mundo,
mi propia identidad siento fortificarse,
volverse a la claridad
en el tejer del destino de la vida.

Semana 31

La luz de las profundidades del espíritu,
hacia fuera anhela con caracter solar,
deviene fuerza volitiva de la vida,
brilla en lo apagado de los sentidos,
para desatar fuerzas
que hacen madurar de impulsos del alma
poderes creadores en la tarea del hombre.

Semana 30

Me brotan en la luz solar del alma
los maduros frutos del pensar,
en certidumbre de la conciencia de mí mismo
se transforma todo el sentir.
Gozoso puedo sentir
el despertar espiritual del otoño:
El invierno va a despertar en mí
el verano del alma.

Semana 29

Atizar en el interior a sí mismo,
vigorosamente la luminosidad del pensar,
interpretando lo vivido lleno de sentido
desde la fuente de fuerzas del espíritu universal,
es para mí ahora herencia del verano,
es quietud otoñal y también esperanza invernal.

Semana 28

Puedo, de nuevo vivificado en mi interior,
sentir la amplitud del propio ser,
y lleno de fuerza donar dilucidando,
desde el poderío solar del alma,
pensamientos radiantes a los enigmas de la vida,
dar cumplimiento a uno y otro deseo
que la esperanza ya las alas paralizaba.

Semana 27: Otoño

En las profundidades de mi ser penetra:
inquieto un anhelo lleno de presentir,
que me encuentre contemplándome a mí mismo,
como entrega del sol estival, que como germen
dando calor, en la sensación otoñal vive,
como impulso de fuerza de mi alma.

Semana 26: Sensación anímica de Micael

¡Naturaleza! Tu ser maternal,
lo llevo en mi ser volitivo,
y la fuerza ardiente de mi voluntad
templa los impulsos de mi espíritu,
para que den a luz al sentir de uno mismo,
de sostenerme yo en mí.

Semana 25

Puedo ahora pertenecerme a mí mismo,
y resplandeciendo propagar luz interior
en tinieblas del espacio y del tiempo.
Hacia el sueño pugna el ser natural,
las profundidades del alma deben velar,
y velando llevar lumbre solar
a fríos raudales del invierno.

Semana 24

Creándose incesantemente a sí mismo,
el existir del alma se concientiza de sí mismo.
El espíritu del mundo prosigue aspirando,
de nuevo animado en autoconocimiento,
y crea de la oscuridad del alma
el fruto de la voluntad del sentirse a sí mismo.

Semana 23

Se atenúa en otoño
la ambición de estímulos sensoriales:
en manifestaciones de luz se mezclan
sordos velos de la niebla.
Yo mismo percibo en las vastedades del espacio
el sueño hibernal del otoño.
El verano mismo
a mí se ha entregado.

Semana 22

La luz de vastedades cósmicas,
en el interior perdura fuertemente:
deviene luz del alma,
e irradia hacia las profundidades espirituales,
para dar luz a frutos,
que al sí mismo humano desde el sí mismo del mundo
en el recorrer del tiempo hacen madurar.

Semana 21

Siento fructificar poder ajeno,
fortificándose concederme yo a mi mismo,
intuyo madurar el germen,
y presiento un luminoso tejer
en el interior en la potencia de la mismidad.

Semana 20

Así siento recién a mi ser,
que lejos de la existencia del mundo
en sí, se extinguiría a sí mismo,
y edificando sólo en lo propio
en sí, se anonadaría a sí mismo.

Semana 19

Misteriosamente lo nuevo recibido
con el recuerdo abarcar,
sea en más el sentido de mi aspirar:
Debe él, fortaleciéndose, despertar
fuerzas propias en mi interior,
y formándome darme yo a mí mismo.

Semana 18

¿Puede el alma expandir,
para que ella misma se aúne
al concebido verbo germen del mundo?
Presiento que debo encontrar la fuerza
de hacer digna el alma,
de formarse en vestido espiritual.

Semana 17

Habla el verbo del mundo,
que puede a través de portales de los sentidos,
a cimientos del alma conducir:
Llena tus profundidades espirituales
con mis vastedades del universo,
para encontrarme alguna vez en ti.

Semana 16

Albergar en lo interior obsequio espiritual,
me lo ordena severamente mi presentir,
para que dones divinos madurando,
en las profundidades del alma fructificando,
a la mismidad frutos lleven.

Semana 15

Siento como encantado
en el resplandor del mundo el tejer del espíritu:
de embotamiento sensorial
ha cubierto mi ser individual,
para donarme la fuerza:
Aquella que, impotente de darse a sí mismo,
mi yo en sus limitaciones es.

Bendición de la mesa

Tierra, esto tus frutos nos dio.

Sol, esto tu luz maduró.

Sol y Tierra bien amados

nunca seréis olvidados.

Forjando la armadura

Me niego a someterme al miedo

que me despoja de la alegría de mi libertad,

que no me deja correr ningún riesgo,

que me torna pequeño y mezquino,

que me ata,

que no me deja ser directo y franco,

que me atormenta,

que ocupa negativamente mi imaginación,

que siempre pinta visiones sombrías.

Sin embargo, no quiero levantar trincheras por miedo al miedo.

Yo quiero vivir y no quiero encerrarme.

No quiero ser amigable por miedo a ser sincero.

Quiero pisar con firmeza porque estoy seguro

y no para cubrir mi miedo.

Y cuando callo, quiero hacerlo por amor

y no por temo a las consecuencias de mis

palabras.

No quiero creer en algo

sólo por el temor de

no creer.

No quiero filosofar por el miedo a que algo pueda tocarme cerca.

No quiero doblegarme solo porque tengo miedo de no ser amable.

No quiero imponer algo a los otros

por miedo a que puedan imponerme algo a mí.

Por miedo a cometer errores, no quiero

tornarme inactivo.

No quiero huir hacia lo viejo, lo inaceptable

por temor a no sentirme seguro frente a lo nuevo.

No quiero hacerme importante, porque si no tendría miedo de ser ignorado.

Por convicción y amor,

quiero hacer lo que hago y

dejar de hacer lo que dejo de hacer.

Quiero arrancar el dominio al miedo y

dárselo al amor.

Y quiero creer en el reino

que existe en mí.

Semana 14: Verano

Entregado a la manifestación de los sentidos,
perdí el impulso de mi ser individual,
ensueño de pensamientos, parecía,
adormeciéndome robarme el sí mismo,
mas despertando se me acerca ya
en la revelación sensorial del cósmico pensar.

Semana 13

Y estando en las alturas de los sentidos,
enciende en las profundidades de mi alma,
desde mundos ígneos espirituales,
la palabra veraz de los dioses:
Presintiendo, busca en los cimientos espirituales
encontrarte emparentado con lo espiritual.

Semana 12: Sensación anímica de San Juan

El esplendor de la belleza del mundo
me fuerza desde profundidades del alma,
a desatar fuerzas divinas de mi propia vida
al vuelo universal:
Dejarme a mí mismo,
confiando, sólo buscándome
en la luz del mundo y en el calor del mundo.

Semana 11

Está en ti, en esta hora estival
reconocer el sabio mensaje:
Entregado a la belleza del mundo,
Sintiendo con plenitud tu vivir:
Perderse puede el yo del hombre,
y encontrarse en el yo del mundo.

Semana 10

A alturas estivales
se eleva el resplandeciente ser del sol,
lleva consigo mi sentir humano
a vastedades del espacio.
Presintiendo se mueve en mi interior
la sensación,
anunciándome sordamente,
reconocerás a su tiempo:
A ti te sintió ahora un ser divino.

Semana 9

Olvidando lo peculiar de mi voluntad,
llena el calor del mundo, presagiando el verano,
mi espíritu y mi ser anímico;
A perderme en la luz
me ordena la contemplación espiritual,
y con la fuerza me vaticina el presentimiento:
piérdete tú, para encontrarte a ti mismo.

Semana 8

Aumenta el poder de los sentidos
en alianza con el crear de los dioses,
él aminora mi fuerza del pensar
al opaco estado onírico.
Cuando un ser divino
quiere aunarse con mi alma,
debe el pensar humano
contentarse en silencio en estado de ensoñación.

Semana 7

Mi yo amenaza huir,
fuertemente atraído por la luz del mundo.
Ahora tú mi presentir
con fuerza haz valer tus derechos,
sustitúyeme el poder del pensar,
que en la revelación de los sentidos
quiere perderse a sí mismo.

Semana 6

Ha surgido de su peculiaridad
mi yo, y se encuentra
como manifestación del universo
en las fuerzas del tiempo y del espacio:
El mundo me muestra por doquier
como imagen arquetípica divina,
la verdad de mi propio retrato.

Semana 5

En la luz que de profundidades espirituales
tejiendo fecundo en el espacio
revela el obrar creador de los dioses:
En ella aparece el genio del alma
expandido al ser del universo,
y resucitado
de estrecha potencia interior de la mismidad.

Semana 4

Siento el ser de mi propio ser:
Así habla el sentir,
que en el mundo iluminado por el sol
a raudales de luz se une;
quiere él al pensar
para su claridad donar calor,
y hombre y mundo
en unidad firmemente unir.

Semana 3

Habla el universo
olvidándose de sí mismo,
y recordando su origen
el yo del hombre creciendo:
En ti, liberándome
de la atadura de mis peculiaridades,
dilucido mi verdadero ser.

Semana 2

En la lejanía del cosmos sensorial
el poder del pensar pierde su ser peculiar,
mundos espirituales vuelven a encontrar
al vástago del ser humano,
quien en ellos ha de buscar su germen,
mas el fruto de su alma
en sí mismo debe hallar.

Semana 1: Primavera. Sensación anímica de Pascua de Resurección

Cuando de las vastedades del mundo
el sol habla al sentido del hombre,
y júbilo de profundidades del alma
a la luz se une el contemplar,
pensamientos migran desde la mismidad
hacia las lejanías del espacio,
y sordamente unen
al ser del hombre al estar del espíritu.

En el fulgor del sol

En el fulgor del Sol
que fuerzas da a la Tierra.

En el verdor viviente
que surge desde ella.

En el cielo
que alberga a las estrellas.

Y en el ojo del Hombre
donde se tejen fuerzas
de todos los sentidos:

Allí presiento a Dios obrar,
surgiendo de mi ser;
y desde el alma mía,
me uno yo con él.

Para que como hombre,
espíritu me vuelva
en la materia de la tierra.

Yo miro hacia el mundo

( J. W. von Goethe )

Yo miro hacia el mundo
en el que luce el Sol,
en el que estrellas brillan,
en el que piedras yacen,
las plantas vivas crecen,
los animales sienten,
y el hombre en su alma
da al espíritu morada.

Yo miro hacia el alma
que vive en mi interior.
Espíritu de Dios,
Él teje en la luz
del alma y del sol,
en el espacio afuera
y dentro en mi ser.

A ti yo me dirijo
Espíritu de Dios,
pidiendo que en mi crezcan
la fuerza y bendición
al aprender en la labor.

La luz de amor del Sol

La luz de amor del Sol
me aclara el nuevo día;
Espíritu en mi alma
da fuerza a los miembros.

En el fulgor y luz del Sol
venero yo, ¡Oh, Dios!
la noble fuerza humana
que, lleno de bondad,
sembraste tú en mi ser;
Para que sea laborioso
y ansíe aprender.

De ti provienen fuerza y luz,
ascienda a ti, amor y gratitud.

Forjando la armadura

Me niego a someterme al miedo
que me despoja de la alegría de mi libertad,
que no me deja correr ningún riesgo,
que me torna pequeño y mezquino,
que me ata,
que no me deja ser directo y franco,
que me atormenta,
que ocupa negativamente mi imaginación,
que siempre pinta visiones sombrías.
Sin embargo, no quiero levantar trincheras por miedo al miedo.
Yo quiero vivir y no quiero encerrarme.
No quiero ser amigable por miedo a ser sincero.
Quiero pisar con firmeza porque estoy seguro
y no por temo a las consecuencias de mis
palabras.
No quiero creer en algo
sólo por el temor de
no creer.
No quiero filosofar por el miedo a que algo pueda tocarme cerca.
No quiero doblegarme solo porque tengo miedo de no ser amable.
No quiero imponer algo a los otros
por miedo a que puedan imponerme algo a mí.
Por miedo a cometer errores, no quiero
tornarme inactivo.
No quiero huir hacia lo viejo, lo inaceptable
por temor a no sentirme seguro frente a lo nuevo.
No quiero hacerme importante, porque si no tendría miedo de ser ignorado.
Por convicción y amor,
quiero hacer lo que hago y
dejar de hacer lo que dejo de hacer.
Quiero arrancar el dominio al miedo y
dárselo al amor.
Y quiero creer en el reino
que existe en mí.

(Rudolf Steiner)

52. Quincuagésimo segunda semana

Cuando desde las profundidades del alma
el Espíritu se dirige a la existencia
del mundo
y emana belleza de las vastedades
del espacio,
entonces, desde lejanías celestiales
la fuerza de la vida
se vierte en los cuerpos humanos,
y enlaza, en acción poderosa,
la esencia del Espíritu con el ser del hombre.

51. Quincuagésimo primera semana: En espera de la primavera

En el interior del ser humano
se derrama la riqueza de los sentidos,
el Espíritu Cósmico se encuentra
en la imagen refleja del ojo humano,
que, a partir de Él,
debe recrear su fuerza.

50. Quincuagésima semana

Así habla al yo humano
en poderosa revelación,
y liberando las fuerzas de su ser,
el gozoso devenir del Ser Cósmico:
Al verte en ti mi vida
desde su hechizado cautiverio,
alcanzo mi verdadera meta.

49. Cuadragésimo novena semana

Siento la fuerza de la existencia del universo:
Así habla la claridad del pensar,
recordando el crecer del propio Espíritu
en oscuras noches del mundo,
y brinda al cercano día universal
los rayos de esperanza del interior.

48. Cuadragésimo octava semana

En la luz, que de alturas universales
quiere el alma vigorosamente afluir,
aparezca, resolviendo los enigmas del alma,
la certeza del Pensar Cósmico,
concentrando el poder de sus rayos,
despertando el amor en el corazón humano.

47. Cuadragésimo séptima semana

Del seno del mundo quiere surgir,
recreando la apariencia sensorial,
el gozo del devenir.
¡Que encuentre la fuerza de mi pensar
armada con las fuerzas divinas
que viven vigorosamente en mi interior!

46. Cuadragésimo sexta semana

El mundo amenaza con aturdir
la fuerza innata del alma;
ahora tú, recuerdo, sal a escena
luciendo desde las profundidades del espíritu
y fortalece mi mirar,
que sólo por las fuerzas de la voluntad
es capaz de sostenerse.

45. Cuadragésimo quinta semana

Se consolida el poder del pensar
en la alianza con el nacimiento del espíritu,
él esclarece los vagos estímulos
de los sentidos
hacia la plena claridad.
Cuando la abundancia del alma
quiere unirse al devenir del universo,
la revelación de los sentidos
debe acoger la luz del pensar.

44. Cuadragésimo cuarta semana

Al captar nuevos estímulos sensoriales,
la claridad del ala, que tiene presente
el consumado nacimiento del Espíritu,
satura el confuso y brotante devenir
del universo
con la voluntad creadora de mi pensar.

43. Cuadragésimo tercera semana

En las honduras invernales
cobra calor el verdadero ser del Espíritu,
que, mediante las fuerzas del corazón,
da a la apariencia del mundo
energías para su existencia;
el fuego anímico,
reavivándose en el interior del ser humano,
resiste al frío del mundo.

42. Cuadragésimo segunda semana

En esta oscuridad invernal,
es el impulso fuerte del alma
la manifestación de su propia fuerza,
encauzarla a las tinieblas,
e, intuitivamente, presentir
a través de la calidez del corazón,
la revelación de los sentidos.

41. Cadragésimo primera semana

El poder creador del alma
aspira, desde el fondo del corazón,
a inflamar en la vida humana
fuerzas para el recto obrar,
a configurarse a sí mismo
en amor y obras humanas.